ECONOMíA PATAGÓNICA
Esta actividad está limitada por las
características climáticas. Solo puede practicarse, con el auxilio del riego,
en los valles fluviales en los que la duración del verano térmico sea
suficiente para permitir la maduración de los cultivos.
La duración del verano térmico es el factor más
limitante. Sólo en los valles de los ríos Colorado, Negro y Chubut la
temperatura alcanza a los valores necesarios.
Los valles se especializan en la producción de
frutas de pepita, especialmente manzanas y peras. Se destaca el Alto Valle,
desde Villa Regina hasta Neuquén, con muy altos rendimientos por hectárea, alrededor
de 23.000 kg./ha para el manzano y 10.000 kg./ha para el peral. Gran parte de
la producción se exporta a Brasil, Países Bajos, República Federal Alemana y
Suecia, Brasil compra preferentemente manzanas rojas, Europa, en cambio, las
especies verdes. La creciente competencia de la producción sudafricana obliga a
la tipificación y a adoptar nuevas técnicas de producción. Otros frutales
cultivados son durazno, cerezas y membrillos, destinados mayoritariamente al consumo
interno. Los cultivos de vid están en retracción y se les destinan suelos de
inferior calidad. Entre las causas de la crisis vitivinícola es de señalar la
fuerte competencia de la producción cuyana, que cuenta con climas más aptos,
sumaba a la saturación del mercado interno y a las dificultades de exportar. El
lúpulo, utilizado por la industria cervecera, presenta tendencia a la
retracción. Es un cultivo que debe afrontar altos costos para su implantación y
demanda gran mano de obra. La horticultura crece continuamente en superficie y
rendimiento. Se especializa en la producción de tomates, destinados a conserva.
Alrededor del 45% de la producción nacional se obtiene en el valle del río
Negro.
El ganado dominante, casi podría denominarse como
único en la Patagonia, es el ovino. Su introducción se remonta a fines de
siglos XVII.
Las primeras explotaciones se dedicaron solo a la
producción de lana debido a la inexistencia de instalaciones frigoríficas. Los
primeros frigoríficos se fundan en Tierra del Fuego y sur de Santa Cruz, porque
sus mejores pasturas posibilitaban mayor producción La difusión del ovino en el
ámbito patagónico se incrementa con las mejores técnicas de la industria frigorífica,
lo cual permite encarar la exportación de carnes vacunas hacia Europa. Como ya
dijimos el vacuno desplazo a los ovinos que se criaban en la Pampa hacia la
Patagonia.
La capacidad ganadera de los campos patagónicos
es muy baja: Se necesitan entre 2 y 4 hectáreas por cabezas, es decir, que un
campo de 10000 hectáreas puede mantener entre 2500 y 5000 ovinos. Esto
determina que las unidades de producción abarcan grandes superficies, lo que no
significa obligadamente alta rentabilidad. Estas condiciones explican, en
parte, la baja densidad de población en el ámbito patagónico.
Ante la disminución de la demanda de carnes
ovinas, tanto la nacional como la externa, se aprecia una tendencia a
incrementar el plantel de las razas productoras de lana fina, como los Merinos,
en sustitución de la raza, productora de carne y lana. Esta tendencia provoca
el sobre pastoreo de los campos, pues no existe el alivio que produce el envío
otoñal al frigorífico, como ocurre con las razas productoras de carne. En el
ámbito andino patagónico existen buenas condiciones para la cría de vacunos
lecheros, pero la baja demanda local y los altos costos de fletes hacia los
grandes centros de consumo dificultan su desarrollo.
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